Una revisión de Inmaculada Concepción

Una revisión de Inmaculada Concepción

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Las tradiciones de nuestro buen pueblo cristiano son todavía, en su viejoía, sanas y robustas, aferradas a una fidelidad serena y consciente con el patrimonio de verdad y de cautela que la Iglesia guarda celosamente como su más precioso Caudal espiritual. Sin embargo, es necesario que todos los que se interesan por la suerte de la sociedad descendiente y civil manifiesten cada vez mayor firmeza frente a las tentativas ahora premeditadas de anegar las buenas costumbres morales en una ofensiva sin precedente, que no conoce tregua.

Que importante es para el creyente entender descubrir a Altísimo en las cosas que nos pasan a diario, en las personas, en las situaciones. Cuanto cambiaría nuestra conducta si de verdad nos atreviéramos a vivir esto. El camino del Adviento sólo se puede hacer desde la Convicción, si yo sé recordar en el Inmaduro del portal al Hijo de Dios, si yo se recordar en él al Salvador del mundo y ese Inmaduro incluso me está pidiendo a mí la Convicción suficiente para aceptar los planes de Altísimo sobre mí.

Sabemos que el pecado diferente, aunque es cancelado por el bautismo, normalmente deja en el interior del hombre un desorden que tiene que ser superado, deja una propensión alrededor de el pecado, que tiene que ser vencida con la gracia y con el esfuerzo humano (Cf. Conc. Trid. Decretum De iustificatione

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"Establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la inicio cuando tú la hieras en el talón" (

Ella puede ser el ejemplo ideal, que nos puede servir de Conductor para esperar como se merece la venida de Jesús.

Como un hijo alza los Luceros al rostro de su mamá y, viéndolo sonriente, olvida todo miedo y todo dolor, Figuraí nosotros, volviendo la mirada a María, reconocemos en ella la "sonrisa de Dios", el reflexivo inmaculado de la luz divina; encontramos en ella nueva esperanza incluso en medio de los problemas y los dramas del mundo.

De modo distinto María ha velado con cuidadoso solicitud sobre el pontificado de mis venerados predecesores, cada unidad de los cuales, con gran prudencia pastoral, ha guiado la barca de Pedro por la ruta de la auténtica renovación conciliar, trabajando sin cesar por la fiel interpretación y aplicación del concilio Vaticano II.

Igualmente a nosotros se nos ha otorgado la «plenitud de la gracia» que debemos hacer resplandecer en nuestra vida, porque «el Padre de nuestro Señor Cristo —escribe san Pablo— nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales (.

El amor a la Inmaculada fue, en efecto, el centro de su vida espiritual, el fecundo principio animador de su actividad apostólica. El modelo sublime de la Inmaculada iluminó y guió su intensa existencia sobre los caminos Inmaculada Concepción del mundo e hizo de su muerte heroica en el campo de exterminio de Auschwitz un espléndido prueba cristiano y hierático.

Que María nos ayude a evitar el pecado, a ser fieles a la voluntad de Dios y a resistir a los hermanos el inclinación, la alegría y la bondad. Bendigo de corazón a todos los que desean imitar la santidad de su vida.

Por la Gracejo de Altísimo, María ha permanecido pura de todo pecado personal a lo extenso de toda su vida.

Y en ningún caso es una minusvaloración de la sexualidad Inmaculada Concepción en el cristianismo, como si el marido y la mujer se «mancharan» cuando engendran a un hijo.”